AVES

Tomado de: http://www.fpolar.org.ve/librorojo/fichas/129.htm

CARDENALITO

Carduelis cucullata (sinónimo Spinus cucullata)

(Aves, Passeriformes, Fringillidae)

Cardenalito, colorado (Red siskin)

DISTRIBUCIÓN

El cardenalito, pequeña ave de vistoso plumaje rojo y negro, es considerado la especie más amenazada de Venezuela, ya que su principal distribución pasada y actual la constituye nuestro país. Es probable que aún exista una pequeña población en las cercanías de Cúcuta, en Colombia, y una introducida y establecida en Puerto Rico alrededor de 1930. En Trinidad parece que siempre fue un ave muy rara y actualmente se reporta como Extinta. Se descarta la existencia de una posible población en Cuba, ya que se trata de aves escapadas de cautiverio que no lograron establecerse como población (Phelps & Meyer de Schauensee 1979, Hilty & Brown 1986, Medina 1987, Ridgely & Tudor 1989, Ffrench 1992, Collar et al. 1992). En Venezuela su distribución actual ocupa menos del 20% de la original, la cual comprendía los estados Zulia, Barinas, Trujillo, Portuguesa, Lara, Falcón, Yaracuy, Carabobo, Aragua, Miranda, Guárico, Anzoátegui, Sucre, Monagas y Distrito Federal, donde se encontraron en unas seis localidades cercanas a la ciudad de Caracas, en las cuales es probable que aún sobrevivan en dos sitios del Parque Nacional El Ávila.

 De esta amplia distribución original, actualmente sólo queda un relicto que incluye dos núcleos: uno en los estados Falcón, Lara y probablemente en Barinas, y otro en el triángulo formado por Miranda, Guárico y Anzoátegui; sin embargo, existen posibilidades de un relicto en el Distrito Federal y se conoce de otro que recientemente fue colectado en el Estado Zulia (Phelps & Meyer de Schauensee 1979, Rivero 1983, Medina 1987, Ridgely & Tudor 1989, López 1991, Collar et al. 1992). La situación de amenaza es tan alarmante que algunos autores se abstienen de reportar las localidades exactas donde aún se encuentra la especie, por temor a facilitar la acción de los cazadores de aves (Phelps & Meyer de Schauensee 1979).

SITUACIÓN ACTUAL

TAMAÑO POBLACIONAL ESTIMADO

 Esta ave podría extinguirse en vida silvestre en un futuro cercano si no se logra controlar su captura y comercio. Las amenazas se consideran extremas y han causado severos impactos en las poblaciones, estimándose que la mayoría se encuentran extintas y que la distribución actual es sólo un relicto de la pasada. La situación de esta especie ha sido denunciada desde principios de siglo. Desde 1952 ha sido clasificada como Amenazada por la Unión Mundial para la Naturaleza, y en la última versión del Libro Rojo se clasifica En Peligro, en situación grave y que requiere de acciones urgentes (Collar et al. 1992, IUCN 1994).

Se han realizado varios ensayos para tratar de estimar el número de individuos silvestres que sobreviven en la actualidad; sin embargo, dichos estimados se caracterizan por sus imprecisiones y se desconoce realmente la población actual. Los estimados varían desde un mínimo de 600 hasta 800 aves en todo el país, de los cuales se calculan unos 350 a 500 individuos en occidente, y otros 300 en la zona central. Otros estimados indican que en la actualidad sobreviven alrededor de 4.000 cardenalitos silvestres en total, de los cuales unos 2.500 viven en los estados Lara y Falcón (Rivero 1983, 1986, Coats & Phelps 1985, Patterson 1994). Las cifras de aves capturadas apoyarían más al segundo estimado que al primero. Es necesario aclarar que, si bien se puede asegurar que la cifra es baja, aún falta información para estimar la población con exactitud. En cualquier caso, las cifras actuales son menores que las anteriores y la mayoría de las poblaciones referidas en el pasado se encuentran extintas en la actualidad.

PRINCIPALES AMENAZAS

MEDIDAS DE CONSERVACIÓN TOMADAS

MEDIDAS DE CONSERVACIÓN PROPUESTAS

La principal causa de la situación que actualmente enfrenta el cardenalito ha sido su captura y comercio, prácticas realizadas persistentemente desde 1835. Incluso a mediados de este siglo se utilizó su plumaje como adorno para sombreros en forma indiscriminada. El comercio desmedido está fuertemente vinculado a la hibridación con canarios para producir canarios rojos, lo cual constituyó un acontecimiento en la canaricultura y marcaría el inicio de la extinción del cardenalito. La situación se agrava ya que el codiciado color rojo en los canarios se pierde en varias generaciones y es necesario volver a reproducirlo con nuevos cruces para mantener el color. Producto de esta situación los cardenalitos alcanzaron precios exorbitantes en el mercado internacional, y a nivel nacional era una de las aves por la que mejor oferta recibía su colector (Rivero 1983, Ridgely & Tudor 1989, Collar et al. 1992). Se cuenta con información de que todavía en algunas localidades de la zona central los traficantes compran cardenalitos a los lugareños a cambio de artefactos eléctricos (Mieres com. pers.). Las cifras sobre aves capturadas y exportadas adquieren dimensiones impresionantes (Rivero 1983), y actualmente, a pesar de la disminución poblacional del ave, la actividad de captura se mantiene y el comercio aún es rentable y de magnitudes significativas.

Esta amenazada especie ha sido objeto de variados esfuerzos conservacionistas, que lamentablemente se caracterizan por la falta de continuidad en el tiempo y no han logrado mejorar su situación (Medina 1987, Collar et al. 1992). Adicionalmente, se reconoce que algunas campañas de educación y control realizadas en el pasado, al no estar concebidas adecuadamente, derivaron en un aumento de la presión de cacería, como fue el caso de la prohibición de venta y exportación en 1940 (Coats & Phelps 1985). Entre las iniciativas desarrolladas cabe mencionar los esfuerzos realizados por la familia Phelps, la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, el MARNR, FUDENA, la Federación Ornitológica de Venezuela y la Sociedad Conservacionista Audubon de Venezuela (Rivero 1983, Collar et al. 1992). Sin embargo, a excepción de los estudios que adelanta el Servicio de Fauna PROFAUNA, una campaña internacional de “American Federation of Aviculture” y otras iniciativas no concretas, actualmente no se cuenta con un plan para la conservación de esta ave (Patterson 1994). El cardenalito está especialmente protegido por las leyes venezolanas según la Resolución 439 del 07/12/82, en Gaceta Oficial No. 32619. Su comercio internacional está regulado por CITES, que incluye a la especie en el Apéndice I, gracias a a lo cual se controla el tráfico a través de Curazao, país que antes de suscribirse al CITES en 1987 servía de puente entre Venezuela y Europa para el comercio de cardenalitos. La cría en cautiverio del cardenalito es sencilla y muy productiva, y en varias oportunidades se ha planteado estimularla como una medida para evitar la captura de aves silvestres. Actualmente se cuenta con grandes poblaciones nacidas en cautiverio, principalmente en Alemania, Argentina, Bélgica, España, especialmente en Las Canarias, y Holanda (Rivero 1983). En cuanto a su presencia en áreas protegidas, se conoce con precisión su localización en los Parques Nacionales Guatopo y Terepaima y probablemente en el Parque Nacional El Ávila (Collar et al. 1992).

 Es urgente reanudar los esfuerzos realizados en el pasado dentro de un marco de trabajo coordinado e interinstitucional, aceptando que las acciones dispersas e individuales pueden agravar una situación ya alarmante. Dentro de este marco interinstitucional, además de los organismos gubernamentales y no gubernamentales, deben participar las federaciones de criadores de aves y la comunidad internacional. El esfuerzo estaría centrado en investigar la situación actual (censos, presión de captura, áreas prioritarias, etc.) con énfasis en las áreas protegidas, proponiendo la ampliación de éstas si es necesario, y el adiestramiento de los guardaparques para el monitoreo y conservación de la especie, aparte de revisar y actualizar la normativa legal existente. Además de investigar sobre su biología y ecología, es necesario realizar estudios morfométricos de las diferentes poblaciones, con miras a futuros ensayos de reintroducción. Cabe resaltar que la reintroducción de la especie es factible, y existe interés por parte de los criadores internacionales y nacionales para aportar los especímenes necesarios. Esta estrategia debería considerarse prioritaria para aquellas áreas que los estudios indiquen como adecuadas y donde se pueda vigilar y controlar la captura de las aves. En cualquier caso, se debe tener una población en cautiverio controlada y manejada según criterios genéticos y poblacionales con fines conservacionistas. Se debe incluir en las propuestas el trabajo con dueños de tierras privadas que estén interesados en la conservación ambiental. Con base en el asesoramiento especializado se recomienda desarrollar campañas de educación ambiental y sensibilización, determinando con precisión los grupos a influir y adecuando el mensaje al caso. Un programa detallado sobre las posibles actividades a favor de esta especie es expuesto por Medina Cuervo (1987).

El Cardenalito de Venezuela

Texto e Ilustraciones: Tomados de: http://www.fpolar.org.ve/librorojo/fichas/129.htm

Diseño Gráfico y Adaptación Web: Francisco Lau