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04 de diciembre de 2008
El cardenalito es el ave más amenazada de extinción en el país
Por Vanessa Ortiz Piñango
vortiz@ivic.ve
Su atractivo plumaje rojo lo ha convertido en presa clave de cazadores ilegales que lo capturan indiscriminadamente para cruzarlo con canarios y obtener canarios rojos, muy codiciados en el mercado nacional e internacional. Debido a esta práctica recurrente que ha sido denunciada desde los años 50 a nivel mundial, el cardenalito (Carduelis cucullata) es el ave más amenazada de extinción en Venezuela.
Así lo informó el doctor Jon Paul Rodríguez, investigador-jefe del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y coautor de la tercera edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana (2008), editado por Provita y las Compañías Shell en Venezuela en el marco de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (Locti).
En la última charla por este año del ciclo “Ciencia al ½ día” que dictó el IVIC en el Museo de Ciencias de Caracas, titulada “Animales amenazados de extinción: compromisos y responsabilidades”, el investigador explicó que el híbrido resultante “canta como canario y es rojo como el cardenalito, entonces usan mucho a los cardenalitos para criar canarios. Como consecuencia, prácticamente ya no hay cardenalitos en vida silvestre, los han acabado”.
De las 3.625 especies de animales evaluadas para la edición 2008 del Libro Rojo de la Fauna Venezolana, 1.418 corresponden al taxón aves, de las cuales 36 se encuentran amenazadas. La categoría amenazada incluye tres subgrupos: en peligro crítico, en peligro y vulnerable; el cardenalito está en peligro crítico. Aunque las aves no representan el grupo más amenazado de extinción (este lugar lo ocupan los mamíferos con 45 especies), la desaparición del zorzal (Margarops fuscatus) es un indicio de lo que puede ocurrir si la comunidad científica y la sociedad en general no planifican ni ejecutan medidas de conservación de su fauna silvestre.
“Se supone que si una especie está amenazada hay que hacer algo por ella, pero no siempre es así. El riesgo de extinción es una de las variables, pero hay muchas: si está presente geográficamente en un país o en varios, o si es fácil o difícil de conservar. La sociedad también puede tener opiniones; los animales grandes y peludos gustan más y la gente quiere conservarlos, a diferencia de una cucaracha; aunque la cucaracha esté amenazada de extinción es difícil convencer a la sociedad de que la conserve” comentó el doctor Rodríguez.
A su juicio, existen numerosas razones para abstenerse de comprar animales silvestres. En primer lugar, porque el comercio de estos ejemplares es ilegal. “Las únicas especies terrestres que legalmente puede comercializarse en Venezuela son el chigüire y la baba” dijo el especialista. En segundo lugar, porque para obtenerlos se ocasionan daños colaterales: o matan a sus padres o deforestan el entorno. En tercer lugar, porque no se adaptan al cautiverio. Y en cuarto lugar, porque pueden tener patógenos o enfermedades contagiosas para los humanos “a las cuales no hemos estado expuestos antes y de las que no tenemos ninguna experiencia inmunológica” aclaró.
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El inicio de una larga travesía 748 especies de animales conforman la Lista Roja de la Fauna Venezolana, de las cuales 202 (incluídas en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana) están amenazadas; dentro de este grupo se cuentan los mamíferos (45), peces (38), aves (36), invertebrados (34), anfibios (27) y reptiles (22). La principal amenaza a la fauna de nuestro país es la pérdida de hábitat; luego le siguen factores intrínsecos (propios de las especies), cacería, contaminación (principalmente de ríos), cambios en la dinámica de población, especies exóticas invasivas, perturbación humana y desastres naturales. Además del zorzal, se consideran extintos el sapito arlequín amarillo de Maracay (Atelopus vogli), el corroncho desnudo del Lago de Valencia (Lithogenes valencia) y la danta de montaña (Tapirus pinchaque). “No tenemos información de la gran mayoría de las especies evaluadas- dijo el doctor Jon Paul Rodríguez del IVIC- por lo que este libro es un llamado a toda la gente que esté interesada en este tema a que participe, investigando, buscando información, porque el principal hallazgo del texto es que falta mucho por hacer”. |
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